La depresión persistente es un factor relacionado con la mala salud durante la vejez

La depresión no solo es sentirse triste o desganado; conlleva una compleja problemática que cursa con baja autoestima, insomnio, problemas en la toma de decisiones y de memoria, entre otros. Es uno de los problemas de salud mental más frecuente y con mayor impacto en la vida diaria de las personas mayores.

Investigadores del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto con el Institut de Recerca Sant Joan de Déu y el King's College de Londres, han liderado un estudio con el objetivo de identificar los cursos de síntomas de depresión que pueden mostrar las personas mayores, así como su relación con ciertos factores de salud, como la pérdida visual o auditiva, la presencia de enfermedades crónicas, sentimientos de soledad y otros.

El estudio se enmarca dentro del consorcio de investigadores del proyecto ATHLOS, coordinado por el Dr. Josep Maria Haro (IRSJD), destinado a estudiar las trayectorias que llevan a un envejecimiento saludable.

Los investigadores hicieron un seguimiento a 8.317 personas mayores de 65 años en el Reino Unido, donde examinaron cómo el curso de los síntomas depresivos afectaba en la satisfacción con la vida, la calidad de vida y el funcionamiento diario.

La mayoría de las personas encuestadas mostraron un curso de baja intensidad (curso no clínico), con pocos síntomas a lo largo de la edad anciana.

"Estas personas indicaban tener un buen nivel de salud, con aceptable funcionamiento visual y auditivo, y pocas sensaciones de soledad", afirman los autores.

En cambio, un 20% de las personas mostró algunos síntomas de depresión (curso subclínico) que llegaban a ser susceptibles de valoración clínica en los últimos años de la vida.

"Este colectivo había tenido problemas de salud mental en la edad adulta y experimentaba una importante pérdida de visión a lo largo de la edad anciana. Además, informó de una peor calidad de vida, en comparación con el grupo anterior."

Por último, se identificó un curso crónico de síntomas depresivos en la edad anciana que afectaba en torno al 10% de las personas encuestadas.

"Las personas que mostraron este curso de síntomas tenían diagnosticadas varias enfermedades crónicas en la edad anciana, como diabetes o hipertensión, y mostraban importantes pérdidas de audición. Como consecuencia su satisfacción con la vida era baja y presentaban problemas en la vida diaria."

Para los investigadores, los resultados del estudio resaltan la importancia de poner en marcha planes de acción e intervención contra la depresión, incluso antes de que exista un diagnóstico, y también contra algunos problemas de salud, como pérdida de visión y audición, que pueden empeorar en la edad anciana.

"Las personas podemos sentirnos tristes cuando nos hacemos viejos. Es algo normal en la vida de cada persona. Quizá el problema es vivir con estos síntomas de depresión mucho tiempo en esta etapa de la vida. El imperativo 'mens sana in corpore sano' es esencial en la edad anciana y todos deberíamos concienciarnos de ello, también nuestros gobiernos, para hacer que el final de nuestra vida sea saludable, pleno y lleno de oportunidades de crecimiento personal", concluyen los autores.

Fuentes de información

Este proyecto ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizon 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención nº 635313.

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