Una investigación del Dr. Jiménez-Chillarón concluye que la malnutrición en el embarazo puede afectar a la salud de hijos y nietos

La investigación, publicada en la revista Cell Metabolism, pone de manifiesto que los factores ambientales en el útero pueden predisponer a los hijos, pero también a los nietos, a sufrir trastornos metabólicos.

El equipo de Dr. Jiménez- Chillarón observó que los hijos de ratonas embarazadas desnutridas nacen con bajo peso y posteriormente pueden llegar a convertirse en obesos y diabéticos a medida que envejecen. La descendencia de los machos con restricción del crecimiento también hereda la predisposición a alteraciones metabólicas. Los científicos encontraron que la desnutrición en el útero influyó en la expresión del gen de LXR en los machos, gen que regula el metabolismo de las grasas y el colesterol en el hígado. Esto se debió en parte a un cambio epigenético llamado metilación del ADN. Este cambio afecta a la actividad del gen sin cambiar la secuencia subyacente del DNA. El mismo patrón de metilación se puede encontrar en el esperma de los ratones machos que experimentó la malnutrición en el útero. Según el doctor Jiménez- Chillarón esto puede contribuir, en parte, a la transmisión del riesgo de diabetes de padres a hijos.

Los resultados indican que en el útero la malnutrición provoca cambios epigenéticos que se pueden transmitir a próximas generaciones, lo que, si se demuestra en seres humanos, supondría que el ambiente al que se encuentra expuesta una mujer durante el embarazo puede tener algunos efectos sobre la salud y la enfermedad de sus futuros nietos.

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